El Liverpool aseguró su vigésimo título de liga, igualando el récord, en un ambiente de fiesta con una victoria de 5-1 sobre el Tottenham, mientras los aficionados en Anfield presenciaban un triunfo en el campeonato por primera vez en 35 años.

El éxito de 2020 bajo Jurgen Klopp llegó en los confines estériles de las restricciones por Covid y, aun así, la confirmación llegó cuando el Manchester City perdió contra el Chelsea, entregándoselo en bandeja.

Mientras los jugadores celebraban en solitario en el hotel Formby Hall, miles de aficionados, contraviniendo las normas gubernamentales, se congregaron fuera del estadio para lanzar fuegos artificiales al cielo nocturno y conmemorar la ocasión con más pirotecnia que en un típico 5 de noviembre.

Así que la explosión de pura alegría y emoción genuina en una tarde adecuadamente soleada en Merseyside fue totalmente comprensible y más que merecida, ya que igualaron la cifra de 20 de su acérrimo rival Manchester United.

Al sonar el pitido final, Alisson Becker y Mohamed Salah fueron algunos de los que cayeron al césped. El entrenador Arne Slot se permitió un abrazo de felicitación con su cuerpo técnico.

Los jugadores bailaron salvajemente frente al Kop mientras los fuegos artificiales explotaban en las calles detrás de él, antes de alinearse brazo con brazo para una interpretación de ‘You’ll Never Walk Alone’.

El normalmente reservado Slot siguió eso con cuatro puñetazos al aire al estilo Klopp.

Esto fue una gratificación retrasada, no solo de hace cinco años, sino también de las últimas semanas cuando se hizo evidente que era una cuestión de cuándo, no de si, Slot se convertiría en el primer entrenador neerlandés en ganar la Premier League y solo el quinto técnico en lograrlo en su temporada debut.

Sin embargo, no es el primero en lograrlo en su primera temporada como entrenador del Liverpool, ya que Joe Fagan (1983-84) y Sir Kenny Dalglish (1985-86) lo habían conseguido antes.

Al comienzo de la temporada, Opta les dio a Liverpool solo un 5.6 por ciento de probabilidades de ser campeones, pero esta no fue una victoria por el título al estilo Leicester contra todo pronóstico.

El equipo de Slot ha sido consistentemente el mejor, ya que ha estado en la cima de la tabla todos los días desde el 2 de noviembre.

El entrenador del Liverpool apareció entre una nube de humo rojo en el borde del estadio, animado por miles de personas, algunas con entradas para el partido y muchas más que solo querían estar allí para vivir la historia.

Tottenham, con una semifinal de la Europa League contra Bodo/Glimt para salvar su temporada el jueves, realizó el mayor número de cambios (ocho) que jamás haya hecho de un partido de liga a otro, pero aun así logró romper brevemente el ambiente festivo con un cabezazo de Dominic Solanke en el minuto 12.

Un momento de silencio fue seguido por un rugido gutural y en cuatro minutos la atmósfera se restauró cuando Luis Díaz, en su partido número 100 de liga, remató al fondo de la red un centro de Dominik Szoboszlai.

Fue señalado en fuera de juego, pero una revisión del VAR revirtió la decisión, lo que resultó en una gratificación retrasada aún mayor.

No fue necesario el video para determinar que Ryan Gravenberch estaba en fuera de juego al centrar para Cody Gakpo, quien anteriormente había intentado una chilena que se fue desviada, para luego enviar el balón al fondo de la red desde una posición similar minutos después.

Pero no hubo duda cuando Alexis Mac Allister disparó con su pierna izquierda menos hábil desde 20 yardas tras una defensa típicamente descuidada de los Spurs, que también contribuyó a que Gakpo se abriera paso entre un grupo de jugadores para el tercer gol, 10 minutos antes del descanso.

El Tottenham parecía menos interesado con cada minuto que pasaba, ya que la prioridad se convirtió en limitar los daños, pero solo la entrada milimétrica de Ibrahima Konaté sobre Mathys Tel evitó un gol seguro.

El primer gol de Salah en siete partidos, en el minuto 63, lo llevó a superar a Sergio Agüero y a situarse en el quinto lugar en la lista de máximos goleadores históricos de la Premier League con 185 goles.

Habiéndose postrado frente al Kop, marcó la ocasión con una selfie en la cámara de un aficionado, con un fondo de miles de seguidores.

El desvío de Destiny Udogie del centro de Trent Alexander-Arnold hacia su propia portería le negó a Salah un segundo gol, mientras los gritos de "Campeones" fueron reemplazados por el nombre de Alexander-Arnold, cuyo destino parece estar ligado al Real Madrid, ya que su sustitución fue recibida con vítores.

Tottenham, de manera algo apropiada, fueron un pensamiento secundario y terminarán la temporada habiendo perdido más de la mitad de sus partidos, actualmente 20 derrotas, con solo el fútbol europeo ofreciendo alguna salvación.