Se entiende que los propietarios del Tottenham están comprometidos con el club a largo plazo en medio de especulaciones de que la salida del presidente ejecutivo Daniel Levy el jueves podría ser el preludio de una venta del club.

Se entiende que a Levy se le ha pedido que dimita por el fideicomiso familiar Lewis, que controla la propiedad del club. La familia consideró que era momento de un cambio en la dirección tras haber sido él el principal responsable de las decisiones del club durante casi un cuarto de siglo.

Su esperanza ahora es que el nombramiento de Vinai Venkatesham como director ejecutivo a principios de este año y la incorporación de Peter Charrington como presidente no ejecutivo puedan ser los principales pilares para impulsar un mayor éxito en el campo.

La agencia de noticias PA entiende que la confianza estaría abierta a inversiones externas, pero no se está contemplando una venta completa por el momento.

En cambio, el enfoque está en mejorar los resultados en el campo, después de que el club terminara en un decepcionante 17º lugar en la Premier League la temporada pasada, a pesar de haber ganado la Europa League.

Una fuente cercana a la familia Lewis dijo: "Generaciones de la familia Lewis apoyan a este club de fútbol especial y quieren lo que los aficionados quieren: más victorias, más a menudo."

“Por eso han visto cambios recientes, un nuevo liderazgo y un enfoque renovado. En Vinai, (el nuevo entrenador) Thomas (Frank) y Peter Charrington, creen que están apoyando al equipo adecuado para cumplir con esto. Esta es una nueva era.”

La familia encargó una revisión a la firma estadounidense Gibb River Group, que se entiende que contribuyó a los cambios realizados en el liderazgo, pero no fue el único factor.

Sin embargo, la revisión reforzó la idea de que se necesitaba un CEO profesional, indicaron fuentes cercanas a la familia.