Jack Draper puede consolidarse como el jugador más en forma del circuito masculino con un segundo título importante del ATP Tour en dos meses, este domingo en Madrid.

El joven de 23 años, que aún no ha perdido ningún set, ya se ha asegurado un lugar entre los cinco primeros del ranking y puede acercarse a solo unos pocos puntos del número cuatro del mundo, Taylor Fritz, si vence a Casper Ruud en la final.

Draper logró un gran avance al ganar el BNP Paribas Open en Indian Wells en marzo, pero la victoria en uno de los torneos más importantes sobre tierra batida, considerada hasta ahora su superficie más débil, sería una declaración importante.

Sería el primer hombre esta temporada en ganar dos títulos Masters 1000, además de acercarse a menos de 100 puntos de Carlos Alcaraz en la cima de la clasificación Race to Turín, que mide los rendimientos en 2025.

Un debut en las Finales ATP en noviembre ya parece muy probable, y la forma sensacional de Draper ciertamente no ha pasado desapercibida en el vestuario a menos de un mes del Roland Garros.

Después de convertirse en la última víctima del londinense, el italiano Lorenzo Musetti dijo: "Jack en este momento creo que, si no es el mejor jugador del mundo, es uno de ellos. Es realmente un jugador completo."

Andy Murray es el único jugador británico que ha ganado títulos Masters tanto en pista dura como en tierra batida, con el segundo título de Madrid del escocés hace 10 años.

Draper ha sido considerado durante mucho tiempo el heredero al trono de Murray, y atribuye su ascenso a la cima del juego a un salto en la confianza tanto en su cuerpo como en su juego.

Encontrar el equilibrio adecuado entre agresividad y solidez ha sido clave. Draper pasó un breve periodo trabajando con el exjugador top 10 Wayne Ferreira el verano pasado y, aunque los esfuerzos del sudafricano por convertirlo en un jugador completamente ofensivo no le convencieron, le ayudaron a encontrar el camino correcto.

Draper dijo en una conferencia de prensa: "Llegué al puesto 50 del mundo contragolpeando y siendo defensivo, y luego el año pasado tuve una especie de crisis pensando, '¿Hacia dónde va a ir mi juego? ¿Qué necesito cambiar?'"

"Intenté tal vez ir al extremo opuesto y tratar de golpear cada bola con la mayor fuerza posible. Ese experimento no funcionó realmente. Lo importante fue que aprendí a ser defensivo y hacer todas esas cosas, pero también atacar cuando necesito atacar."

"Creo que ahora tengo el equilibrio mucho mejor. Soy un tipo grande, pero no soy solo alguien que saca fuerte y puede ganar con un gran golpe. Puedo hacer de todo en la cancha y creo que eso es lo que todos los mejores jugadores pueden hacer."

Tener confianza en su cuerpo también ha llevado tiempo, ya que Draper estuvo acosado por lesiones al principio de su carrera y con frecuencia sufría problemas físicos.

Superar tres partidos al mejor de cinco sets en el Abierto de Australia en enero, después de que una lesión en la cadera afectara su preparación, resultó ser el desafío que necesitaba.

“Eso me dio una enorme confianza física y mental de que podía llevarme a lugares donde nunca había estado antes,” dijo.

"Pasé de pensar que era débil y que no iba a poder continuar a sentir, 'Vaya, en realidad soy bastante fuerte'."

“Cada vez que hago ejercicio en el gimnasio ahora, realmente trato de exigirme porque sé que voy a tener momentos como (contra Musetti) donde el partido se vuelve muy físico y, si he hecho todo ese trabajo y sé que lo he hecho, entonces siento que estoy bien preparado y puedo exigirme hasta donde necesito llegar.”

Draper entra en su primer encuentro con Ruud como el jugador mejor clasificado, pero el noruego, que volverá al top 10 el lunes, tiene mucha más experiencia en tierra batida, habiendo alcanzado dos veces la final del Abierto de Francia.