Dos días antes del inicio del 89º Masters, Rory McIlroy y Justin Rose fueron invitados a cenar por algunos miembros de Augusta National.

El próximo año, McIlroy tendrá que estar en otro lugar un martes por la noche a principios de abril, específicamente en la Cena de Campeones tras la victoria casi indescriptible que lo convirtió en apenas el sexto jugador en lograr el Grand Slam de su carrera.

"Es irónico cómo suceden estas cosas", dijo McIlroy después de hacer un birdie en el primer hoyo extra para asegurar una codiciada chaqueta verde, infligiendo una segunda derrota en un desempate del Masters al desafortunado Rose.

"Fuimos invitados a una cena por algunos miembros del club el martes por la noche, y éramos los únicos dos jugadores en esa mesa, y resulta que somos los que terminamos en el desempate. Es curioso cómo funcionan estas cosas."

"Justin es un gran campeón. Y recuerdo haber visto el desempate en el '17 cuando se enfrentó a Sergio [García], y eso tampoco salió como él quería."

"Pero ha tenido un récord fenomenal por aquí y siento un poco por él porque ha estado tan cerca. Es un buen amigo y espero que tenga algunas oportunidades más."

La primera oportunidad de McIlroy de ganar el Masters llegó en apenas su tercera participación en 2011, cuando el entonces joven de 21 años llevó famosamente una ventaja de cuatro golpes a la ronda final antes de desplomarse con un resultado final de 80 golpes.

Dos meses después respondió arrasando en el campo para ganar el Abierto de Estados Unidos en Congressional y se llevó el Campeonato de la PGA de 2012 por un margen igualmente amplio, pero fue su triunfo en el Campeonato Abierto de 2014 lo que lo lanzó a un foco implacable.

La victoria de principio a fin en Royal Liverpool significó que McIlroy "solo" necesitaba ganar el Masters para unirse a Gene Sarazen, Ben Hogan, Gary Player, Jack Nicklaus y Tiger Woods en haber conquistado los cuatro títulos principales, un logro que los cuatro miembros vivos del exclusivo club consideraban solo cuestión de tiempo.

Nicklaus, Player y Watson volvieron a decirlo después de cumplir con sus deberes como iniciadores honorarios antes de la primera ronda del jueves, una carga adicional de expectativas de la cual McIlroy podría haber prescindido.

"Es difícil", admitió. "Has tenido a Jack, Gary, Tom, Tiger, todos ellos han pasado por aquí y han dicho que ganaré el Masters algún día. Esa es una carga difícil de llevar. Realmente lo es."

"Estos son ídolos para mí y miren, es muy halagador que todos vengan aquí y crean en mí y en mis habilidades para poder ganar este torneo y lograr el Grand Slam y todo eso."

"Pero no ayuda, sabes. Ojalá no lo dijeran."

Esa última observación fue hecha con una sonrisa y por una buena razón.

En casi 11 años desde su último título importante, McIlroy tuvo sorprendentemente pocas oportunidades reales de poner fin a su sequía en los hoyos finales de una ronda final, pero ser superado por Cameron Smith en el Abierto de 2022 y dejar escapar el US Open del año pasado en Pinehurst fueron golpes dolorosos.

"Han habido algunos", dijo McIlroy cuando se le preguntó cuál fue el punto más bajo durante su sequía.

"Es difícil porque he jugado mucho buen golf. St. Andrews fue difícil de aceptar porque solo tienes unas pocas oportunidades allí a lo largo de tu carrera."

"El US Open del año pasado fue terrible. Sí, las derrotas son duras, y de nuevo [estoy] muy orgulloso de mí mismo por seguir regresando y colocándome en posiciones para ganar estos campeonatos."